PRÓXIMA ENTREVISTA Parada entre la pizarra y el escritorio, «La Wera» aguarda con ansiedad las primeras indicaciones. Apenas supera el metro y medio, es morena apiñonada, el cabello es un enjambre de abejas, el cuerpo compacto y una disfonía natural su alma, que le da a su sensualidad un timbre airoso, como brasa helénica: femme fatale del Viejo Mazatlán.
